martes, 27 de octubre de 2009

CAPITULO 36

CAPITULO 36

¿Amnesia? ¿Cómo puede ser? ¡Imposible! Entonces, todo lo que han vivido juntos, aquellos años en Barcelona, en Madrid, en la Paramount, en Noche Sin Tregua, en Sé Lo Que Hicisteis, después del programa…

- Pero...

- Parece ser que se dio un golpe en la cabeza tan fuerte que ha perdido toda la memoria. No se acuerda ni de su nombre.

- Pero no me lo puedo creer… ¡No quiero creerlo! ¡No puede ser que se haya olvidado de mí!

- Lo siento. De verdad que lo siento, Ángel. Pero no se acuerda de nada.

- Entonces, eso quiere decir que…

- Que no se acuerda de ti, ni de que os casasteis…

- No sabe que es gay…,- dijo Ángel, con la llorera a punto de salir de sus ojos.

Patricia le abraza y se lo lleva fuera. Pero Ángel se detiene y vuelve a entrar en la habitación. Se adelanta hasta la cama, secándose las lágrimas. Dani le mira, asustado.

- No pienso devolverte el beso,- le responde, a la defensiva.

- Al menos no has olvidado tu personalidad,- se sonríe amargamente Ángel.

Ángel se sienta en la cama. Patricia, disimuladamente, va llamando al resto de la gente para que les dejen solos. Patricia es la última en salir, cerrando la puerta.

- Hola…,- contesta Ángel, con cierta timidez.

- Hola,- responde Dani, a la defensiva.

- Bueno… Antes de nada, quiero pedirte perdón por lo de antes… Yo… Bueno…

- Primero dime quién eres.

- Me llamo Ángel… ¿No te dice nada?,- Dani niega con la cabeza -. ¿De verdad que no recuerdas nada? ¿Ni siquiera tu propio nombre?

- Lo único que recuerdo es despertarme en este sitio con el cuerpo totalmente vendado… Me duele mucho…

- Normal… Verás… No quiero que te asustes… Lo primero de todo, te llamas Dani, y…

- Sí, los demás me han puesto al corriente sobre mi vida…

- Pero veo que no del todo… Eres cómico, haces monólogos… Llegaste a tener tu propio programa, pero duró apenas unos años. Después, Patricia…

- ¿La chica rubia?

- Sí. Ella y yo fuimos designados para presentar un nuevo programa donde comentábamos la actualidad en tono divertido. Poco después, entraste tú…, gracias a mí… Porque somos amigos desde la infancia…,- Ángel comenzó a llorar.

- ¿Somos amigos desde siempre? ¿De verdad?

- Sí. Y si no me crees, pregúntale a cualquiera. Pues te enchufé en ese programa, y se te asignó comentar la actualidad política y deportiva.

- ¿Política? Vaya rollo…

- No, no es ningún rollo, ya que tú conseguías que la gente se interesara por ello por los comentarios y los sketches…

- Todo eso está muy bien…,- Dani chasquea los dedos.

- Ángel…

- Sí, pero no me acuerdo de nada…

- No me extraña… El programa se canceló hace cinco años… Porque nos demandaron…

- ¿Cómo?

- Sí. Hubo una cadena de televisión que no entendía nuestro humor y nos demandó… Yo me encargaba de comentar la actualidad televisiva, y, bueno, no dejaba títere con cabeza… Todas las cadenas se lo tomaban con humor, menos esa…

- ¿Entonces? ¿Qué trabajo tenemos ahora?

- Tú ninguno… Después del programa seguimos con los monólogos, pero la gente empezó a dejar de acudir a nuestras actuaciones hasta que prácticamente se olvidaron de nosotros. Yo seguí como músico, y he conseguido mantener cierta fama…

Dani se queda callado.

- ¿Recuerdas algo?

- No, lo siento…

- ¿Tampoco esto?,- y señala el vendaje.

- No… Pero, ¿por qué estoy así? ¿Por qué me duele tanto el cuerpo?

- Es mejor que no lo sepas… Hazme caso…,- le toma del hombro.

Los dos se miran. Miran el hombro. Ángel, nervioso, se aparta y se levanta. Avanza hasta el otro lado de la habitación. Pasea de un lado a otro, excitado.

- No quiero que te sientas incómodo…,- comienza a tartamudear -. Será mejor ir paso a paso, que vayas recuperando la memoria poco a poco y…

- Somos más que amigos, ¿verdad?

- ¿Perdona?,- Ángel se para en seco, mirando a Dani con los ojos como platos, entre asustado y emocionado. Dani se mira la mano.

- He visto tu mano cuando la has apoyado en mi hombro… Tienes un anillo… Yo tengo otro igual…

- No pienses en eso, Dani,- Ángel corre hasta la cama -. Vayamos paso a paso. Dios sabe que quiero que lo sepas todo, pero es mucha información…

De repente, Ángel sale corriendo de la habitación.

- ¿A dónde vas?

- Tranquilo. Creo que sé cómo hacer que recuerdes algo.

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