lunes, 19 de octubre de 2009

CAPITULO 31

CAPITULO 31

Ángel odiaba ese sitio. Lo odió el primer día y lo odiará siempre. A pesar de que estaba amueblado de la manera más acogedora posible, él se sentía incómodo. No físicamente, sino anímicamente. De pequeño tuvo que ir a un sitio parecido, y no le gustó, y quizá por eso odiaba todo lo referente a aquel lugar. Además, él estaba ahí por sus amigos, ya que si por él fuera, jamás habría ido. Pero sus amigos insistieron tanto que no quería hacerles ningún feo.

El reloj que colgaba de la pared marcaba incesantemente los segundos. Unos segundos marcados por un tic-tac que martilleaba la mente del catalán. Apenas habían pasado unos pocos minutos desde que entró por la puerta, pero le parecieron días. El silencio que reinaba el lugar sólo era roto por el paso de las agujas de aquel reloj. A pesar de ser hora punta, la doble cristalera aislaba aquel cuarto del ajetreo de la calle. Ángel prefería mil veces aquel jolgorio a estar ahí en silencio.

- ¿Y bien?,- preguntó aquel hombre, con remarcado acento argentino -. ¿Qué tal lleva estos días?

- Bien... Bien...

- ¿Por fin se decidió a salir con sus amigos?

- Sí... Anteanoche me llevaron a cenar a un restaurante.

Otra vez el silencio.

- Si vos no se abre más, no podremos avanzar...

- Ya se lo dije el primer día y se lo diré siempre: estos sitios no me gustan, no me agradan...

- ¿Por qué?

- No empiece otra vez,- Ángel se incorporó -. Ya se lo conté el primer día.

- Es verdad, disculpe,- responde el otro hombre, ojeando el cuadernito que llevaba entre sus manos -. Por favor, túmbese y relájese...

Ángel obedece. Se vuelve a tumbar y mira al techo. Pone sus manos sobre su pecho, entrelazando las manos y jugueteando con los pulgares.

- ¿Y bien? ¿Ya abandonó la idea de...?,- Ángel se baja los puños de la camisa nervioso.

- Sí, sí...,- contesta Ángel, sin dejar al argentino terminar de hacer la pregunta -. Ya me recuperé de aquello... Lo hice sin pensar, ya se sabe en estos casos... Pero gracias al apoyo de mis amigos..., y de la medicación que usted me ha recetado...

- Y recuerde que en cuanto se le acabe, dígamelo. No es bueno que se le olvide ni un día, o recaerá.

- Por cierto...,- Ángel se atrevió por fin a confiarle un secreto -, la otra noche soñé con él... otra vez...

- ¿Otra vez?,- el hombre le miró extrañado.

- Sí, y siempre es igual. Es como le recuerdo: esa sonrisa, esos ojos, su voz...,- sus ojos comenzaron a humedecerse.

- No se pare. Siga. Es bueno sacar todos los sentimientos que tenemos dentro. Si no lo hiciera, estos siete meses habrían sido desaprovechados.

Siete meses... Eso quería decir que el mes siguiente haría ya un año de...

- Un mes más y...,- susurró Ángel.

Su acompañante le miró por encima de las gafas y comprendió.

- Ha sido difícil este primer año, ¿verdad?

- Sí. Muy difícil...

- Y muy largo.

- Demasiado...

- Sus amigos creo que han querido ayudarle a buscar a alguien...

- Sí, y no les culpo, pero es que es imposible olvidarse de él... Fue mi marido... Mi amigo...,- su voz empezó a apagarse en un sollozo.

- Y nadie es capaz de igualársele. Pero no piense en eso, en que si encuentra a alguien, va a olvidarle. No. Piense en que esa otra persona va a estar con vos para cuidarle y hacerle compañía, pero que jamás sustituiría a Daniel...

- Dani...,- le interrumpió -. Odiaba que le llamaran Daniel...

- Pues Dani... Recuerde que todos somos únicos e insustituibles. Y ahora salga de aquí, llame a sus amigos e invítelos a tomar. Y si conoce a alguien, hágale saber que jamás podrá sustituir a su esposo.

El reloj de la pared señala la hora en punto. Ángel se vuelve hacia aquel hombre, que se levanta de la silla donde estaba sentado y se dirige hacia él. Ángel se incorpora y se levanta.

- ¿Mañana a la misma hora?,- pregunta el hombre, dándole la mano.

- Desde luego, doctor,- responde Ángel, estrechándole la mano.

El hombre le acompaña hasta la puerta, y, antes de despedirle, le advierte:

- ¿Y seguro que ha tirado todos los cuchillos y tijeras de su casa?

- Sí. Todo es de plástico. Eso ya no corta ni el papel.

1 comentario:

  1. oLa soi Lauraa ii bueno me dió mucha pena lo d Dani..Demasiada diría yo ..Pero bueno revivelo o algo no???xDxD besos esta genial

    ResponderEliminar