miércoles, 18 de noviembre de 2009

CAPITULO 55

CAPITULO 55

- ¡Dani!

Dani se vuelve asustado al oír su nombre. Mira a Ángel asombrado.

- ¡Ángel!

Dani deja de escribir y, nervioso, trata de esconder el papel.

- ¿Qué haces aquí?,- pregunta Ángel, acercándose.

- Eso mismo te pregunto yo.

- Tras nuestra discusión, decidí venirme a ver al bebé. Era lo único que me podría tranquilizar y pensar en lo ocurrido... ¿Qué escondes?

Dani había tomado el papel y lo escondía tras su espalda.

- No, nada...

Ángel trata de arrebatarle el papel, pero Dani se resiste. Tras unos instantes forcejeando, logra tener entre sus manos aquél folio. Lo mira incrédulo.

- Dani... Estos papeles son de adopción...

Dani baja el rostro a tierra, sonrojado.

- ¿Me puedes explicar qué pasa?

Dani toma a Ángel de los hombros.

- Perdóname, Ángel. Perdóname por no decírtelo. Por haberte engañado. Perdona por la discusión de antes, pero era la única forma de venir aquí sin levantar sospechas.

- ¿Cómo?,- Ángel miraba a Dani extrañado.

- Verás: esta mañana te dije la verdad. No hablaba con Elena, sino con el hospital. Sobre el bebé. Todavía quedan días para que se cumpla el plazo de reclamo de la madre, pero decidí rellenar ya los papeles de la adopción por si acaso. Lamento haber discutido contigo, lo siento de verás. No sé si me crees o no, pero al salir por la puerta lloré avergonzado por haber preparado aquel teatro, pero ya te digo, era la única manera de venirme hasta aquí sin que sospecharas. No digas nada. Sé que en nuestra discusión dejaste bien claro que me olvidara de la adopción, pero no podía pensar en ello, en tu deseo de ser padre. En quién cuidaría de ti si yo ya no estuviera...

Ángel, con cierto enfado en los ojos, miraba fijamente a Dani. Endureció su rostro al tiempo que apretaba el puño y dejaba su señal en el rostro de Dani. Éste, con el rostro vuelto por la inercia del golpe, se lleva la mano a la boca y la nariz. Ángel llora.

- Me lo merezco...,- susurra Dani.

Todos los presentes lanzan un grito y acuden a separarles, pero Ángel se libra de ellos y se abraza a Dani.

- No vuelvas a hacer nada parecido jamás,- responde a lágrima viva.

Dani, con el rostro levantado para cortar la hemorragia nasal, se abraza a Ángel.

- De verdad que lo siento,- llora también.

Dani ve cómo aparece corriendo el guarda de seguridad. Dani le detiene con un gesto de la mano. El hombre se para, sin comprender. Una enfermera se acerca, tímida, y le entrega un trozo de algodón a Dani, quien se lo pone en la nariz.

- Ángel... ¿Y qué haces tú aquí?,- la voz de Dani sonaba divertida con la nariz tapada.

Ángel se separa y se limpia las lágrimas.

- Pensé que la discusión significó el fin de nuestra relación y decidí venir a ver al bebé para calmarme... y pensé en adoptarle, ya que si no podía estar contigo, al menos podría estar con el pequeño...

Dani era ahora quien se abrazó a Ángel.

- Jamás te abandonaría.

Se besan. Pero una enfermera les interrumpe.

- Disculpen... Pero deberíamos ver esa nariz...

La enfermera se lleva a Dani. Ángel les sigue. La gente seguía sin comprender lo ocurrido.

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