miércoles, 4 de noviembre de 2009

CAPITULO 43

CAPITULO 43

Se pasó el resto de la mañana dando vueltas por Madrid. No sabía por dónde ir, no sabía a dónde ir… Bueno, sí lo sabía… pero no se acordaba… Su mente estaba a rebosar de lo ocurrido esa mañana que no aceptaba más recuerdos. Entonces, ve un sitio para poder aparcar.

Con el coche parado, se para a recapacitar todo lo ocurrido. En apenas unos minutos que estuvo allí, en esa casa, le asaltaron imágenes de una manera tan caótica y vertiginosa que estuvo varias veces a punto de vomitar por los mareos que aquello le causaba. Quería recordarlo todo, pero poco a poco. Aquel exceso de información le apabullaba sobremanera. Cerró los ojos y trató de colocar aquellas imágenes. Y la información.

Según le dijeron, él era presentador de televisión, actor y cómico. Conocía a Ángel desde niños. Desde Barcelona. Presentó un programa de televisión, con su amigo de colaborador. Poco después, cambiaron las tornas: Ángel pasó a ser el presentador y él el colaborador. También actuó en una serie. El programa fue un gran éxito, pero acabó. Tras ello, Ángel se dedicó a la música. Y se casaron. Una noche tuvieron un altercado en una discoteca que acabó con ellos dos en el hospital.

Estaba inmerso en esos pensamientos cuando un golpe le despierta. Mira asustado a la ventana. Y ahí estaba. Ángel, con el rostro desencajado, golpeando con los nudillos la ventana del coche. Dani abre la puerta. Ángel se abalanza sobre él.

- ¿Se puede saber dónde coño te habías metido?,- le preguntó, histérico -. Cuando me levanté, no te vi en toda la casa. Y como no recuerdas apenas nada, pensé que te bajaste a la calle y que te habías perdido…,- empapa el hombro de Dani con sus lágrimas.

- Lo siento…

- Con sentirlo no basta…,- le toma el rostro entre sus manos y vuelve a abrazarle -. Ha sido una suerte que te haya encontrado… Te dejaste el móvil y todo en casa…

- Encontré unas fotos… y esto…,- se saca del bolsillo la nota de la dirección de la casa de Elena. Ángel la toma y la lee.

- ¿No se te habrá ocurrido…?,- pregunta Ángel, entre perplejo y asustado.

Dani asiente.

- ¿Y?

- Algo sí que he llegado a recordar…

- Pero, ¿y Elena? ¿Cómo le ha sentado? Mira que no os veíais desde que rompisteis…

- Lo sé… Y ha rehecho su vida… Se ha casado… Tiene un hijo…

- Jimena… ¿Qué tal está? Ya debe de ir al instituto y todo…

- Un hijo… de cinco años… Ángel… ¡es mi hijo! ¡Mío! ¡Que soy padre, tío!

Ángel no se podía creer lo que oía. ¿Dani, padre? Imposible. Era demasiado alocado como para tener responsabilidades de tal calibre. A no ser…

- Yo que tú no creería ni una palabra de ella. Lo mismo aprovechó tu amnesia para encasquetarte al crío y…

- ¡Qué no! Cuando le vi, sentí una sensación rara… No le conocía de nada, pero al verle, me resultó muy familiar. Y cuando Elena me lo dijo, saqué una foto mía y la comparé… ¡Que sí, que es mi hijo!

- ¡Dani, olvídalo!

- ¿Por qué?

La conversación empezó a transformarse en una discusión en toda regla.

- Esa mujer…

- ¡Era mi novia!

- Esa mujer no dio señales de vida desde que rompisteis, salvo aquella llamada que te hizo para darte su dirección. A pesar de tener también la nuestra, jamás se dignó a presentarse en casa.

- ¡Era madre!

- ¡Eso no la exculpa!

- ¡Ni a nosotros!

- ¿Cómo dices?

- ¡Sí! Como nosotros también teníamos su dirección, ¿por qué no fuimos nunca a verla? ¿Por el trabajo? ¡Vamos, hombre! ¡Si podíamos ir a verla prácticamente todos los días!

- Pero también era su obligación pasarse por aquí, ¿no crees?

- ¡Y dale Perico al torno! ¡Que estaba formando una familia! ¿No ves que no podía abandonar sus labores en ningún momento? Sin embargo, nosotros sólo somos dos. ¿Qué nos costaba, qué te costaba a ti ir a verla, aunque fuera un minuto?

- ¿Cómo te sentirías tú si fueras a ver a tu ex-novia después de tanto tiempo? Se ha casado, tiene un hijo con ese hombre… ¡Ha rehecho su vida!

- ¿Se puede saber por qué te pones así? ¡Deberías alegrarte de que sea padre!

- ¡No!

- ¡Eres mi amigo!

- ¡Que no!

- ¡Ángel, por el amor de Dios!

- ¡Jamás!

- ¿Por qué?

- ¡Porque yo también quiero serlo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario