jueves, 5 de noviembre de 2009

CAPITULO 44

CAPITULO 44

El silencio se hizo en la calle. Los coches no pitaban. La gente no hablaba. Los pájaros no piaban. Aquel comentario de Ángel les hizo salir de ese mundo. Se quedaron mirándose fijamente a los ojos. Ángel comenzó lentamente a hacer una triste mueca. Sus ojos se achinaron, su boca se tensó… Ángel se volvió y apoyó su espalda en la puerta de atrás. Dani se asoma.

- ¿Es verdad?

Ángel le contestó llorando.

- Dime, Ángel… ¿Es verdad eso que me has dicho? ¿Querías ser padre tú también?

Ángel se sentó en el suelo, ocultando su rostro entre sus manos. Dani sale del coche y se sienta a su lado.

- Ángel…,- le abraza. Ángel se deja hacer.

- No es justo, Dani…

- ¿El qué?

- ¡No es justo! Tú tienes un hijo con Elena casi sin quererlo. Sin embargo, Emma y yo… lo intentábamos siempre… Era nuestra ilusión… Estábamos ya en los treinta, y queríamos un hijo… Probamos de todo, pero nada… Fuimos al médico, nos hicimos todo tipo de pruebas, y nos dijeron que estábamos sanos… No había forma, Dani… ¡Hasta acudimos a un especialista! Pero todo fue inútil…

- ¿No probasteis a adoptar?

- No. Queríamos un hijo nuestro, de nuestra sangre y nuestra carne. Estábamos obsesionados…

- ¿Los dos? ¿O tú?

Ángel levanta el rostro. Mira a Dani. Se calma.

- Pobre Emma…,- susurra, bajando el rostro -. Estaba tan ensimismado con aquello que no la prestaba atención… Fue culpa mía… Todo fue culpa mía…

- Tranquilo, Ángel…,- le vuelve a abrazar.

- No sé si te acuerdas… Cuando lo dejaste con Elena, yo también lo dejé con Emma, pero acabamos discutiendo… Quizá ahí salió todo lo que nos estuvimos guardando…

- No pienses en eso ya… Vámonos a casa…

Dani ayuda a Ángel a levantarse. Ángel se apoya en él. Durante todo el camino a casa, Ángel estuvo llorando. Dani trataba de tranquilizarlo, pero no había manera…

- Ángel… Yo te ayudaría, pero, como puedes ver, no soy mujer…

Ángel sonríe.

- ¡Ey! ¡Has sonreído!

- Dani… Vas volviendo a ser tú otra vez…

- Poco a poco, tío… Poco a poco…

Al llegar a casa, Dani deja a Ángel en el sofá del salón mientras va a por agua. Al volver, le da el vaso, se sienta junto a él, y le abraza por los hombros.

- Tranquilízate. Olvídalo ya.

- Debería… Pero no puedo…

- Mira, para alegrarte el día, (y también como prueba de arrepentimiento mío por lo de esta mañana), te invito a comer. Así que arréglate un poco, que este va a ser del peor día de tu vida, al mejor.

- ¿No será realmente para celebrar que eres padre?

- No, tranquilo. Lo hago para que seas feliz, para quitarte esa tristeza… Créeme, lo hago porque realmente me importas, y me sentiría fatal verte triste…

Se abrazan. Ángel intenta besarle, pero Dani le detiene.

- Aún no…,- le susurra.

Ángel se levanta y se va a la habitación, cabizbajo.

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